Donde los pies pueden fallar

 

¡Shalom Elegidos de Dios!



¿No te ha pasado que vas caminando bien o bajando escaleras y de pronto pierdes el control? Sientes que el corazón y el estomago sube unos 10 metros y luego regresa. Esa impotencia de resbalar sin poderte sostener de nada, ese preciso instante: es una pequeña muerte.

Dios no quiere que muramos sino que tengas vida y vida en abundancia. Cuando estas en riesgo de resbalar, estas distraído. Amados elegidos, así sucede en nuestra vida espiritual, estamos distraídos en problemas laborales, sentimentales, económicos, e incluso trabajando para ministerios de Dios, que nos olvidamos de algo muy importante, nos olvidamos de la Armadura de Dios. Ya en un programa de radio expliqué en que consiste esta armadura, pero ¿Cuándo y cómo me la pongo? Para ponerte esa armadura debes hacerlo desde las primeras horas de la mañana. Lo primero que debes pensar y lo ultimo en tu día es en la palabra de Dios. Entonces lo que debes hacer es arrodillarte, dar gracias a nuestro Padre Celestial que nos dio un día más de vida. Solicítale su presencia en tu día. Pídele palabra de bendición y que limpie tus palabras, que nada de tu boca sea de muerte ni de maldición sino que te dé oportunidad de predicar el evangelio de salvación, entrégale tus problemas económicos, sentimentales, laborales. Toma el escudo de la fe para que los dardos del enemigo no puedan hacer que tus pies resbalen. Piensa sólo en decir la verdad en tu día. Cubre tu cabeza pensando en todo momento que eres salvo e hijo del Rey de Reyes y Señor de Señores.

Pídele que te de discernimiento. Esto significa que, cuando cuelas una harina, los grumos o piedritas formadas se quedaran en el colador. Asimismo podrás identificar lo que no tiene provecho ni edificación en tu día y en tu vida.

Entonces ya puedes salir de tu casa o iniciar tu día  sin temor de resbalar. Escucha sólo alabanzas en tu día, estas hacen huir a los demonios y mantienen tu mente limpia.

Antes de que suceda ese hecho de que los pies puedan fallar, ya podemos identificarlo.


Los Elegidos de Dios debemos tener la seguridad que: 
 
No dará tu pie al resbaladero,
Ni se dormirá el que te guarda


Salmos 121:3

Bendiciones de lo alto
Keila Garner

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