Disciplina de Dios
¡Shalom estimados Elegidos de Dios!
Me da mucho gusto volver a saludarles y les agradezco el acompañarme cada día en mi programa de radio por internet que es de edificación espiritual, me agrada poder brindar una palabra de aliento y he recibido muy buenos comentarios y me motivan a continuar, sé que cuando algo es de Dios, Dios mismo lo prospera.
Algo que nos desagrada escuchar en las predicaciones es la palabra "disciplina", nos causa dolor de cabeza, cambiamos el gesto de nuestro rostro y hasta nos quedamos dormidos en pleno servicio. Pero, ¿por qué la Disciplina?
Porque el Señor al que ama, disciplina,
Y azota a todo el que recibe por hijo.
Hebreos 12:6
Porque Jehová al que ama castiga, Como el padre al hijo a quien quiere.
Proverbios 3:12
Entonces Dios me ama. Cuando estábamos en la vida del viejo hombre creíamos erróneamente que "Dios castiga". Eso provoca una mal concepto del Dios amoroso y paciente que tenemos. Dios no castiga por castigar, sino que como un alfarero nos moldea entre sus dedos, extrayendo lo que sobra, lo que no sirve, lo que estorba y creando una pieza de barro hermosa entre sus manos.
La Disciplina duele, por eso no nos gusta ni oír la palabra. Si mi hijo no me obedece, soy un padre tan vengativo e iracundo que lo castigo porque no cumple con mi lista de reglas que le hacen ver quien es aquí el fuerte, quien paga las facturas y quien manda aquí... Yo creo que ningún padre debería pensar así. Si mi hijo no me obedece lo que yo sé que no le beneficia ni le es provechoso entonces yo debo aplicar un castigo que le dolerá, hasta me dirá "Te odio", pero algún día cuando madure y crezca me lo va a agradecer o quizá en mi tumba dirá "gracias padre, madre, por haberme castigando cuando lo merecí".
Yo compré una vez en la librería del templo una tablita de unos 30 centímetros de largo por unos 4 centímetros de ancho. La tablita se la mostré a mi hijo y le dije ya sólo te pegaré con esto, la tablita decía: "La vara y la corrección dan sabiduría; mas el muchacho consentido avergonzará a su madre." Esa tablita desapareció y después de 3 años la encontré escondida inhiesta y nueva atrás del librero. Mi hijo se había asustado mucho. Ahora que mi hijo está en la recta final de su adolescencia la he colgado de recuerdo junto a mi puerta.
Los Elegidos de Dios debemos saber que tiene gran razón el Proverbio 13:24
El que detiene el castigo, a su hijo aborrece;Mas el que lo ama, desde temprano lo corrige.
Elegido, permite que Dios trabaje en tu vida, duele pero será una gran bendición.
Los quebrantarás con vara de hierro;
Como vasija de alfarero los desmenuzarás.
Como vasija de alfarero los desmenuzarás.
Salmos 2:9
Bendiciones de lo alto
Keila Garner
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